San Salvador, 16 ago (Prensa Latina) El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su popularidad son resultados del desencanto político, opinó hoy ûscar Picardo, director del Instituto de Ciencias, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia.
En declaraciones a Prensa Latina el doctor en Educación y académico salvadoreño abordó aspectos de la realidad que vive su país, entre ellos si es Bukele resultado de una manipulación o es el reflejo de una necesidad política.
«Yo creo que esto que está pasando aquí ha pasado en muchos otros países, en Italia por ejemplo con la primera ministra, Giorgia Meloni, es un resultado del desencanto político, de no haber sido eficientes con las políticas públicas, la gente se cansa y castiga», dijo.
Es lo que puede pasar en Argentina con Javier Milei, que irrumpió en la escena política nacional como el candidato presidencial más votado (30,04 por ciento) en las primarias, es un ultraliberal antisistema que capitalizó la frustración de unos siete millones de votantes y dejó anonadados a los partidos tradicionales para las elecciones de octubre.
Milei, afirmó Picardo, es un candidato de pánico pero las probabilidades de que gane son altísimas, la gente cansada del peronismo, de los radicales, de Macri, es decir ninguno de esto, vamos con este, piensan, que me parece distinto y radical.
«Creo que Bukele, explicó, fue igual y de hecho fue muy distinto muy radical y para colmo tuvo la suerte creo yo, porque eso no creo que fue tan planificado de tocar el punto medular de la seguridad, con el tema del estado de excepción, de la captura masiva, de la cárcel Cecot, esa fue la guinda del pastel, ahí se sacó la lotería Bukele».
Opinó el académico que eso fue lo que amplificó su mensaje a nivel hemisférico, «miren, dijo, este modelo es una maravilla, arresta a todo el mundo, limpieza social, y nos acercamos a un modelo casi fascista que la gente lo aplaude sobre todo mucha gente que ha sido víctima».
Digamos, señaló, que pese al daño colateral de los inocentes lo que uno debe reconocer, que si es cierto, los homicidios bajaron en picada, la gente está tranquila en las comunidades, que antes no, y lo comenta mucha gente y creo que eso fue fortuito y beneficioso para él.
Si lo seguridad se mantiene pero se agrava la situación económica del país, ¿cuál sería el balance que usted daría?, preguntó Prensa Latina.
«Hay mucho cálculo político, cálculo digamos de relojero, de filigrana, es decir, creo que él también está generando unas condiciones de mucho miedo». Aquí el empresariado está en pánico, nadie habla en contra de Bukele, la academia está en pánico, todo el mundo está en pánico, entonces esa atmósfera lo va a mantener, aseveró.
Dependiendo que tanto golpeé la economía habrá que ver si puede haber un desgaste o una caída pero, ahí tenemos que viene el estadio donado por China, si llega a hacer ese estadio, eso va a ser otro pico de subida y aunque la gente esté fregada en lo económico «tenemos un estadio nuevo», aseveró.
¿Usted considera que en el país existe, aunque no es oficial, una ley mordaza?
No, ahí tengo una variante con varios colegas. Yo creo que en el país, yo escribo desde hace muchos años, escribo lo que pienso sin mayor consecuencia. Nunca me he sentido perseguido ni seguido ni espiado, manifestó.
«Yo sí creo que en el país hay mucha gente como decimos aquí, «con la cola pateada» que tuvieron un pasado y que este presidente es muy astuto y sus ejércitos de troles y mecanismos para atacar a aquellas personas que tuvieron un pasado digamos, cuestionable, si creo que hay temor pero más temor en aquellos que tienen un pasado comprometido porque es fácil sacarlos y encarcelarlos».
Si hay mucha gente comprometida con su pasado y es fácil atacarlos, subrayó.
¿Doctor, qué aconsejaría usted a sus compatriotas a la hora de votar en las próximas elecciones de 2024?
Bueno que piensen, que hagan el esfuerzo de, digamos, anteponer la razón a la emoción, la gente ahora le van a ofrecer de todo en campaña, la mitad de las promesas casi nunca se cumplen, sostuvo.
La gente tiene que ser un poco más crítica, en discernir lo que conviene y lo que no conviene, y no dejarse sorprender por campañas, discurso y narrativas poco realistas. Hay que poner los pies sobre la tierra, puntualizó Picardo.